No es
inhabitual confundir lo que pasa dentro de nosotros con la realidad misma,
practicando un verdadero razonamiento emocional. Confundimos nuestras emociones
con la realidad. Si tengo miedo, es peligroso; si me siento vacío, nadie
me quiere…
Pero tus
sensaciones internas no son la realidad, sino el impacto que esta realidad
produce en ti, resultado de tu genética y experiencias.
Así, que
algo te de mucho miedo, no quiere decir necesariamente que sea peligroso; Que
sientas vacío o soledad no quiere decir necesariamente que la gente -o esa
persona- no te quiera y que sientas la euforia del enamoramiento no quiere
decir necesariamente que esa relación sea positiva y adecuada para ti…
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