Hoy sabemos gracias a la neurociencia que las expectativas
que tiene una persona sobre lo que será capaz de conseguir influye realmente en
su conducta de forma dramática, aumentando o disminuyendo las posibilidades de
tener éxito en lo que emprendemos, lo que sea.
Todo empieza con un sueño, un deseo, una visualización… pero
se materializa con acción. Los cuatro elementos de la actitud de éxito son:
ilusión, deseo, visualización y lucha.
La actitud de éxito es
previa al éxito, así
que se trata de comportarte “como si” tuvieras éxito. Para ello puedes
preguntarte: ¿cómo haría esto que estoy haciendo si YA tuviera éxito?
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